martes, octubre 31, 2006

 

Me estoy volviendo loco, me estoy volviendo loco...

Me estoy volviendo loco, poco a poco, poco a poco...
Es curioso por qué nos acordamos de algunas sintonías de la Vuelta a España (esta era del 82) y otras no son recordadas ni al año siguiente. Las masas son caprichosas.

Ya estoy a pleno rendimiento con la bici.
Más bien debería decir que ella está a pleno rendimiento, funciona perfectamente, porque usarla, de momento, poco (suelo encontrar buenas excusas para ello).

La bici está muy bien, teniendo en cuenta que tendrá ni se sabe los años, estaba muerta de asco en el patio, apoyada en una pared sufriendo el frío y la lluvia. Sólo roza un poco el guardabarros trasero (tanto ponerle cosas: guardabarros, rejilla, luces, piñones... -la cestita la echo en falta-), pero va muy bien.

Una vez que compré lámpara me atreví a usarla de noche (a partir de las 5 de la tarde a estas alturas del año) con la dinamo.
Tarda un rato en calentarse, creo que porque la rueda delantera no está muy bien ajustada y sólo hace girar la dinamo a ratos; conclusión: la luz ilumina a ratos.
Sospecho que después de un rato consigue descuadrar la rueda lo suficiente para que el rozamiento sea máximo y ya ilumina continuamente.
Cuando me paro y vuelvo a arrancar la historia se repite, pero tarda menos en calentarse. No es aburrido no. Eso sí, nunca imaginé que una dinamo pudiera hacerme trabajar tanto (lo que pesa la bici con dinamo).

Me encanta la bici, por las ganas que tenía de ella, porque es rápida, porque veo el paisaje mientras pedaleo, por reivindicar que aquí sí puedo...
Pero sobre todo me encanta porque multiplica las posibilidades de que tenga un accidente. ¡Se abre un nuevo mundo lleno de aventuras!

Como peatón me puede atropellar un coche cuando cruzo en rojo o en una incorporación sin semáforo.
Me puede atropellar una bici porque cruzo en rojo, porque me meto en el carril bici sin darme cuenta o porque la bici invade la acera.
Me puede atropellar un tranvía porque cruzo en rojo o porque las vías van por mitad de la calle y si no me fijo ni las veo.

Pero como ciclista es fantástico: Me puede atropellar un coche porque cruzo en rojo (no pasa a menudo, pero pasa), o porque el coche se incorpora a la derecha y yo sigo de frente, o porque no siempre hay carril-bici y a veces voy a la par que los coches.
Puedo atropellar a un peatón (mira, este es el caso en el que salgo mejor parado) porque cruzo en rojo, porque el peatón cruza en rojo, porque el peatón invade el carril-bici, porque no hay carril bici y me meto por la acera.
Me puede atropellar un tranvía porque cruzo en rojo, o porque las vías están al nivel del asfalto y no me doy cuenta, o simplemente se puede encajar mi rueda en el hueco de las vías y a partir de ahí caerme (aunque esto, según me han dicho, me pasará sí o sí; es como la pubertad, si quieres llegar a ser adulto deberás pasarla).

Por cierto, no tengo tan claro que aquí los coches respeten más a las bicis (los coches son máquinas, hacen lo mismo en todos lados, si acaso los conductores), claro que como hay más bicis no les queda más remedio que resignarse y aguantar.

He mirado por las tiendas, pero aún no he visto cadenas para las ruedas.
¡A ver si eso de que aquí nieva es una leyenda urbana!

jueves, octubre 26, 2006

 

El comer y el rascar, todo es empezar

En esta bendita ciudad (y, por lo que sé, se aplica a todo el país) la gente come a todas horas.

A decir verdad, la frase es un poco tendenciosa, debería decir que come a cualquier hora.

Ya se sabe que en Europa son más serios que en España con las comidas: hacen desayuno fuerte, algo ligero a media mañana, por la tarde cena y luego a la cama con el estómago no tan lleno. En fin, hay tanto que discutir respecto a esto.

Así pues, a partir de las 12 ó 1 ya empieza la gente a comer, ya hay abiertos sitios donde dan comidas.
Los rezagados llegan hasta las 2 largas (yo diría que cerca de las 3).A esa hora empieza a aparecer la gente que comió un tentempié a las 12 y ahora va a merendar.
Esto puede durar digamos que entre merienda y cena hasta las 9 ó 10 de la noche, cuando empiezan a cerrar restaurantes.

Parece que no pero tiene una gran ventaja: el otro día llegamos a comer a un sitio más allá de las 3. Nadie se quejó (había más gente comiendo). Cierto es que tardaron en servirnos, pero es porque se trataba de un restaurante típico alemán y hacer esperar forma parte de la tradición.

También tiene un inconveniente: si llega un español a cenar a una hora normal (¿qué menos que a las 9?) se encuentra todo cerrado; no es que aquí no cenen, es que el restaurante lleva todo el día abierto.

Solución: restaurante asiático (chino, indio, tailandés, shushi para llevar, turco de kebab, pizzería italiana regentada por turcos, puestos callejeros de salchichas con gente alrededor aunque haga un frío de morirse). Estos no es que tengan turno 24horas, pero se acercan.

Lo que me sigue encantando es ese gusto por comer en la calle, ya sea de pie o sentado.
No es que haga frío de momento, pero tampoco para estar sentado en una terraza, o de pie en una terraza, los he visto salirse con el plato a un poyete y comer ahí sus espaguetis, tan felices.

Lo que no me gusta, pero me acoplo por comodidad, es no comer primer y segundo plato, sólo un plato principal, como un plato combinado que tiene todo incluido en el plato. Está claro que así se cocina menos.

Cuando domine cocinar lo que ya conozco, empezaré a comprar cosas raras en el super para hacer experimentos (ya se sabe que los experimentos en casa con gaseosa)

miércoles, octubre 25, 2006

 

Al pan pan, Albino vino

En este bendito país adoran el pan.

En realidad, supongo que lo hacen, porque en las comidas no lo usan.
Tienen guisos y otras comidas con salsas, pero no mojan pan en ellas. Lo más grave de todo, ¿cómo se las arreglan para empujar?

Supongo que lo adoran porque tienen muchísimas variedades, son muchísimo más abiertos en eso. En España, al fin y al cabo, lo que hay es pan blanco, cambiarán la forma, el tamaño y las cantidades de cada ingrediente, pero básicamente todos son iguales, blancos, hechos con trigo y el integral se considera lo más raro).

Sin entrar en las formas o los tamaños, he visto desde pan blanco, hasta uno marrón, muy oscuros; a partir de ahí todos los tonos intermedios son posibles.
Pero además le añaden muchas cosas al pan: sésamo, pipas, otras especias, pipas de calabaza. Y además muchas veces no sólo está fuera, también lo meten dentro, para que sea imposible quitarlo. Hasta guisantes y zanahorias pueden meter dentro.
Las máquinas de amasar deben de ser bestiales.

Ya perdí la esperanza de probar todos los panes que vea, no tengo tiempo suficiente para todos, pero al menos intentaré comer tanta variedad como pueda (la tarea se complica porque no apunto los que compro y acabo repitiendo).

Está bien, me gusta tanta variedad, pero hay algo que me molesta un poco: los panes tienen tanto sabor que me matan las comidas; me curro las comidas bastante (a veces) y luego me sabe básicamente a pan.
¡Yo sólo lo quiero de acompañamiento!

lunes, octubre 23, 2006

 

Mucha policía, poca diversión

En este bendito país los policías van vestidos de verde triste, no me parece muy bonito. Quizá tengan otro uniforme más elegante, para ir a las bodas, funerales y otras cuestiones oficiales.

A veces se ven dos furgonetas de policía y una ambulancia con las luces y las sirenas a toda mecha yendo a algún sitio. La explicación más normal es que haya habido una pelea y uno le haya dado un tortazo a otro; es posible incluso que éste le haya devuelto el tortazo.
Y si no ha sido eso será un equivalente; para cualquier otra cosa más grave imagino que irán los antidisturbios.

Hace un par de días hubo manifestación en pleno centro. Era una manifestación, no hay más, sin innovaciones posibles: gente con banderas, gorras, pancartas y gritando consignas, los que se van después de un par de horas, que ya está bien, los que quieren quedarse hasta el final... Muy clásico todo.
No me enteré de qué era, pero iba con la bici y tuve que cambiar la ruta 3 ó 4 veces porque bloqueaban las calles.
Me pareció todo muy bien organizado: los policias cortando la calle, furgonetas de antidisturbios (de esas que tienen los cristales cubiertos con malla metálica)... y los policías bastante aburridos; se ve que era una manifa pacífica.
Aunque claro, yo oía a alguno dando el discurso y, aunque intento quitarme prejuicios, a mí me sigue sonando a discuros del III Reich. Que ya podía estar contando un chiste el tío, que me lo imaginaba alentando a las masas a quemar libros.

Otro tema relacionado, ya que tratamos de las fuerzas del orden: Las fiestas en las casas.
Los vecinos llamarán a la policía sí o sí (pronto o tarde debe de depender del tipo de vecinos). La policía llega (una pareja, uno dialogante y otro intimidador, muy serio) e indica a los ocupantes que han recibido una queja de los vecinos.
La gente toma nota del primer aviso y sigue igual. En la segunda visita creo que ya la gente decide que es hora de acabar fiesta.
A partir de ahí no tengo claro, si lo normal es que la gente se vaya después de la tercera visita o esa se trata de evitar siempre.

Espero que no me coincida nunca yo solo delante de un policia, que las dificultades idiomáticas pueden ser un problema.

viernes, octubre 20, 2006

 

Quisiera proponer un brindis

En este santo país, cada vez que se brinda hay que mirar a los ojos.
No es una cuestión de educación, ni de respeto, aunque supongo que sí es algo de eso disfrazado de superstición: Si no miras a los ojos tendrás 7 años de mal sexo.
Ya me lo habían contado, pero lo había olvidado.
Es curioso, porque siempre que me lo han contado (en España, Alemania o cualquier sitio) la gente recalca mucho que no son 7 años sin sexo, sino de MAL sexo, que hace la maldición mucho más grave.

Pues ahí está todo el mundo, cada vez que se hace un brindis, todos mirando a todos, girando los ojos como locos (técnica Marujita Díaz, diría yo).
A veces creo que se brinda por mala leche, para poner a todo el mundo alerta: "Oye, que no me has mirado", "¿Cómo que no? He mirado pero no estabas atento", "Nada, nada, ya sabes cómo serán tus próximos 7 años".
Al menos la mitad de mis brindis serían sólo para que la gente se pusiera nerviosa.

Ayer volví a Suecia (vaya, es lo que decía el cartel de Ikea: "Bienvenidos a Suecia").
Por 5€ me compré una caja de herramientas con 4 cosas básicas.
Está bien no tener ordenador ni coche, pero una casa sin herramientas acabaría afectando a mi hombría.
Una vez escuché a uno en la radio que decía que no se consideraba independizado mientras no tuviera taladradora. No llegaré a tanto porque sólo estoy un año, pero un martillo, llave inglesa y destornillador es lo mínimo.

Ya que estaba en Ikea, tocó un hot-dog de 1€.
Empiezo a tener un rollo Paulov con Ikea, cada vez que voy me entra hambre.

miércoles, octubre 18, 2006

 

Nunca el tiempo es perdido

Las personas pasamos un tercio de nuestra vida en la cama.
Algunos utilizan todo este tiempo para dormir. Qué perdida de tiempo, ¿verdad?

Ayer yo perdí otro tercio del día en el tren.
Más de 8 horas de viaje entre Berlín y Frankfurt (con 10 minutos de retraso a la ida y más de 20 a la vuelta), luego para llegar a una feria que ocupa menos de una sala del recinto ferial.

Y allí estuvimos, como los testigos de Jeovah (sé que esta palabra tiene una H, no recuerdo dónde) presentándonos y ofreciendo nuestros servicios a todas las empresas españolas que encontramos (menos de 20, tampoco muchas).
Yo pensando que las tarjetas que me hicieron sólo servirían para regalárselas a mi abuela y me gasté lo menos 15, repartiendo a todo el que pillaba.
Hasta al tío de las taquillas le tocó una (la pidió él, supongo que para hacer recuento de visitantes).

Una de las ferias más importantes para subcontratistas del sector aeroespacial. Qué sabrán ellos si es importante o no, si es el primer año que la hacen.
Aún me sigue dando reparo coger cosas en estos sitios, pero bueno, aparte de papeles por un tubo cayó una corbata y un par de llaveros bastante originales.

Por cierto, la feria era en Frankfurt am Main. Que le dije a alguien de Berlín que marchaba a Frankfurt y preguntaba a cuál, que hay 2. Pues a cuál va a ser, ¡al único Frankfurt que existe para el resto del mundo! el del Banco Central Europeo, el gordo, el importante.
Esta gente, es como si dices que te vas a Sevilla y te pregunta a qué Sevilla, que también existe Sevilla la Nueva (un pueblo perdido al suroeste de Madrid).

Conocí a gente importante (uhhhh, qué malas compañías), uno de ellos estaba obsesionado con ir a un restaurante a comer "servesa, sarshisha y codillo", así tal cual.
No sé yo si no querría ir a otro sitio más (a la calle de las putas, al lado de la estación central -aunque sólo vi locales de peep-show y semejantes)

lunes, octubre 16, 2006

 

La princesa y el guisante

El cuento de "La princesa y el guisante", de Hans Christian Andersen (el de "El Patito Feo" y otros cuentos algo más empalagosos) trata de un príncipe que quería casarse con una auténtica princesa. Una noche de tormenta llamó a la puerta del castillo una chica que afirmaba ser princesa a pesar de que la tormenta había echado a perder sus ropajes y su pelo. La invitaron a pasar la noche y pusieron un guisante bajo 20 colchones en su cama. A la mañana siguiente le preguntaron qué tal y la pobre princesa no había podido dormir porque el guisante le había molestado toda la noche. Esa era la prueba de que era una auténtica princesa.

Nunca he comprendido del todo el cuento ni qué se quiere enseñar a los niños (¿que busquen a la niña más pija que encuentren?).

La cosa es que a veces me siento como la princesa del cuento: necesito oscuridad absoluta para dormir. Si en la persiana de mi cuarto se hiciera el agujero del tamaño de un guisante por el que entrase la luz, no podría dormir.

Pues en este país en el que no conocen las persianas el problema me está volviendo loco. Ya puedo acostarme a la hora que se levantan las gallinas, que a las 4 horas me despierta la luz. Y trato de taparme la cara con el edredón, almohada, lo que sea, pero no hay manera.
¿Qué les pasa a estos obsesionados por la luz? En cuanto les llega luz del sol la quieren toda para ellos y por eso tienen esos ventanales abiertos. Lo máximo que llegan es a poner una fina cortina. Por recato para evitar que les vean de la calle no será. Y me han dicho que en verano amanece antes de las 5, el conde Drácula aquí estaría muerto.

La cama de Ikea no sé si la montaré, pero ya tengo unas ganas de usar el cartón del embalaje para tapar las ventanas...

viernes, octubre 13, 2006

 

Santiago y cierra España

La recepción en la embajada por el día de la hispanidad estuvo bien.
Es una de esas cosas que no te acaban de convencer, pero la primera vez al menos hay que ir. Sobre todo porque vas a ver los salones y mirando las cosas, pensando cúanto le costará el alquiler al embajador, si pagará mucho en calefacción, etc.

A la entrada estaban el embajador y señora, con otros cuatro más (consejeros, debían ser), saludando y dando la mano a todo el mundo.
Mucha gente, gente con pinta de diplomáticos, muy serios ellos, otros con uniforme y galones y toda la parafernalia del ejército y luego el resto del mundo.
Esperaba que estuviera lleno de jamón, empanada, croquetas, empanadillas, tortillas... no sé, lo típico para decir que era de España. Lo que suele llamarse "un vino español".
Pues nada, jamón sí y croquetas (redondas, eso no parecían ni croquetas), el resto eran canapés y pijadillas así; muy chulo todo, y algunas cosas bastante buenas, pero en fin, que eso lo hace cualquier empresa de cattering.

Al principio estuvimos un poco pardillos, impresionados por las galas de la gente, esperando a que pasaran las bandejas cerca nuestro, pero dando una vuelta por ahí encontramos un salón con una mesa donde nos hicimos el self-service.
Por cierto que los más trajeados no son los que mejor mantienen las formas, tragan como los demás o más (la confianza debe ser, que les hace comer a dos carrillos).

Ya al salir nos fuimos a tomar algo, aprovechando el traje y el nudo de la corbata que, una vez más, me tuvieron que hacer.

A ver si leo un poco los periódicos, que me acabo de enterar que es una de mis tareas en la oficina.

miércoles, octubre 11, 2006

 

Con Ferrero nos ha realmente conquistado

Las recepciones en casa del embajador siempre se han caracterizado por su buen gusto. Pues ya veremos.

Mañana tenemos recepción en la embajada, por ser el día de la hispanidad. A los becarios nos hace ilusión, porque es la primera, pero los que trabajan aquí pasan un poco, ya se lo saben y no les apetece venir. Vamos, yo me traje el traje pensando en esto (como todos los demás). Una vez más, tendré que pedir que me hagan el nudo de la corbata.

Me parece que se juntarán un montón de españoles, periodistas, trabajadores de instituciones españolas, etc. Cada uno formando su propio grupito por supuesto.
Pues nada, tendremos que tirarnos a la croqueta, a ver cómo funciona esto aquí.

Me pregunto si debería hacer ayuno hasta las 18:00, que es la recepción, o mejor comer bien en casa porque la cosa estará un poco malita.

martes, octubre 10, 2006

 

Revisiones

En una semana que llevo aquí ya me ha coincidido 2 veces con revisores (la gente esta que comprueba que llevas billete).
El transporte público tiene un sistema que me encanta, tú entras en el tren/metro sin barreras ni nada, compras el billete y picas en una máquina que marcha fecha y hora. A partir de ahí tienes 2 horas para hacer lo que quieras.
En el bus eso ha empeorado, hay que enseñarle el billete al conductor.

El caso es que tengo el abono transporte en la cartera y no tengo que sacarlo para montar al metro, una gozada porque no se forman las típicas colas en el torno esperando a que la señora saque del bolso el billete.

Si todo fuera así sería demasiado fácil colarse (vale que aquí la gente sea algo más honrada que en España, que no lo tengo muy claro pero es un mito más que está ahí), por eso ponen revisores.
Los revisores son unos tipos con pinta de tirados (que yo cuando dicen que son revisores parece que están diciendo "Perdonen, señoras y señores, que les moleste..." -que sí, en eso todos somos iguales, también aquí los hay-), pero bueno, que todo el mundo se pone muy serio y empiezan a sacar el billete, que es lo que me da pistas de qué pasa.
Se va uno a cada lado del vagon y se unen en el centro, mostrando su identificación mientras tú le enseñas lo tuyo.
Luego, cuando pillan a alguien (que debe ser lo más normalito), le piden la documentación y le dan la nota para que religiosamente se pase a la oficina a pagar.
Según mis investigaciones te mandan una carta a casa si no pagas, y otra y otra hasta que te sube muchísimo la factura.

Anda que como les dé el DNI, sería divertido que fueran llegando multas a Alcalá.
Pero hay más, si dices que no estás documentado, no tienen derecho a registrarte, así que se deben fiar de tu palabra.
Estoy pensando a quién odio para mandarle una multa a casa.

De todas formas, el sistema este de multas no lo acabo de entender.

lunes, octubre 09, 2006

 

Sex and the city

Para lo de hoy, me gustaba más como título el nombre original de la serie. La traducción de "Sexo en Nueva York" no valía aquí y poner "Sexo en Berlín" ya era rizar el rizo. Así pues, me tocará hacer de Sarah Jessica Parker.
No os emocionéis, que ya sé que todos pensáis que en Internet sólo hay pornografía. Sólo contaré cosas que he visto y que demuestran que sí nos llevan años de ventaja.El otro día paseando por el centro (no sabría decir qué calle, ni siquiera sé volver), aparecimos en la calles de las putas.
Ya me habían avisado, pero aún así me impresionó mucho. Unos pivones increíbles, y guapas. Bien vestidas, monísimas (normalito, unos vaqueros y una chaqueta, lo único que tenían bastante escote, pero no enseñaban mucho más). Era como si estuvieran esperando a alguien (de hecho, así era, pero no sabían a quién).
Claro que tenían uniforme, un corpiño negro y una mochilita o riñonera. Muy organizado todo (teniendo en cuenta que pagan impuestos es lo mínimo).

El jueves pasado estaba viendo la tele y encontré un canal típico de 906, que llamas para contestar una pregunta y te llevas 6000€ y te sorprende que nadie sepa lo de "Verde por fuera, blanco por dentro; si quieres que te lo diga, esPERA". Pues este era igual, la tía gritando y diciendo que es muy fácil y que cómo no responde nadie y todo eso. Pero había una novedad, esta estaba en bikini, enseñando carne. Esperé 10 minutos a ver si se quitaba algo (por una respuesta correcta, por ej., además del dinero ves las tetas de la tía).
Pues nada oye, ya me han dicho que sí, que se quita el sujetador, pero debería haber esperado más tiempo.Me pareció un adelanto bestial, aúnas los concursos-estafa y los anuncios eróticos, todo en uno. Debe ser un invento importado de los nórdicos.

viernes, octubre 06, 2006

 

Berlín sin muro no vale un duro

Ahí haciendo amigos desde el principio.

Pero no es cierto, Berlín sin muro es mucho más (el doble, o más aún). La cosa es que me hacía gracia la frase, con la rima y todo, siempre es bonito empezar con un poema.

La otra opción era "Décadas de ventaja", porque vengo dispuesto a demostrar que en Alemania están muy por delante de nosotros (o no). Ya se sabe, es que en Europa nos llevan años de ventaja.

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